¿A qué problemas se enfrentan durante el confinamiento las personas con baja visión?

Las restricciones a la movilidad y al trabajo han afectado a la inmensa mayoría de ciudadanos en España, pero han impactado de una manera especial a las personas que sufren Baja visión. Su condición visual complica ya por si misma sus actividades cotidianas, pero, con el estado de alarma, esta situación se agrava.

Uno de los principales problemas con los que se encuentran las personas con baja visión durante el confinamiento es la imposibilidad de acudir o ponerse en contacto con el especialista que les trata. En muchas ocasiones los pacientes tienen en el especialista de baja visión no solo un gran apoyo, sino que es quien les resuelve cualquier duda o consulta acerca de su día a día con esta condición visual. Por ello, es importante mantener el contacto, aunque sea telemático. En él se le pueden indicar al paciente ejercicios visuales para, dentro de lo que cabe, seguir con el tratamiento o la rehabilitación.

Otro de las problemáticas detectadas entre los pacientes con baja visión es un empeoramiento de su condición visual durante el confinamiento. En la gran mayoría de casos esta es solo una condición transitoria y recuperarán la visión perdida durante este tiempo. Estar encerrado en casa (sin la posibilidad de mirar lejos), ambientes con poca luz o menos estímulos y la ausencia de ejercicios específicos pueden causar un empeoramiento de la visión.

Uno de los problemas derivados del confinamiento que se han encontrado las personas con baja visión es una mayor dificultad para orientarse y encontrar sitios u objetos con los que anteriormente no tenían tantas dificultades. En primer lugar, todos los cambios en sus establecimientos habituales (colas ordenadas, reordenación del espacio, distancia de seguridad…) implican una dificultad extra al paciente con baja visión, pues le cuesta mucho más reconocer esos cambios. Estos cambios, además, se extienden a la calle: con el cierre prácticamente total de comercios los pacientes con baja visión pierden muchas de las referencias que tenían para orientarse por la calle; como son letreros luminosos, sonidos u olores, que hoy han desaparecido al estar cerrados muchos comercios.

Otra dificultad añadida se encuentra en el tránsito por las calles o cruzar semáforos y vías públicas. Debido a la falta del ‘efecto rebaño’ de viandantes y vehículos cruzar una carretera o calle se hace mas difícil por la falta de ruido y grupos de personas. Incluso a veces no tienen a quien consultar para guiarse.

Incluso algunos pacientes nos han comentado que han sentido agobio por la frecuencia con que pierden la localización de los utensilios de limpieza como son el bote la lejía la fregona el cubo a pesar de estar en su casa que es un entorno conocido y controlado.

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