12:50h – Sra. Alia Abdulah Avellá

12:50h – Sra. Alia Abdulah Avellá
Ponente 5ª Jornadas - domingo 20 octubre

CV

Neuropsicóloga Clínica
Licenciada en Psicología UV. Máster en Neuropsicología Clínica.
Desarrolla su ejercicio profesional entre 2006-2018 en el Servicio de Neurorrehabilitación y Daño Cerebral, del Hospital Vithas Aguas Vivas.
Neuropsicóloga especialista en Daño Neurológico: Demencias, Daño Cerebral y Lesión medular. Diagnóstico y Evaluación Neuropsicológica. Estados Alterados de Conciencia, Estado Confusional y Trastorno NeuroCognitivo Mayor moderado y Leve. Planificación de programas y tratamiento rehabilitador cognitivo, emocional y conductual. Reinserción social, formativa, laboral y comunitaria de la persona con Daño Cerebral.
Psicoeducación familiar y del cuidador. Acompañamiento emocional en el proceso.
Docente en Master Propio en Neurociencias: cuidados médico quirúrgicos y rehabilitación del paciente neurológico. CEU Universidad Cardenal Herrera.
Tema: Alteraciones de la Conducta en Daño Cerebral Adquirido.
Orientadora y Terapeuta. Actualmente participa en el Programa de Baja Visión y Rehabilitación Visual, Alcocer Centro Óptico.

ABSTRACT

ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL DE LA PERSONA CON BAJA VISIÓN

El impacto emocional que se produce en la vida del paciente diagnosticado con baja visión, afecta a sí mismo y al sistema familiar que le envuelve, transformando su realidad de forma súbita o gradual, pero por seguro, cambiando sus vidas para siempre.

A partir de aquí, se inicia un proceso de duelo por las capacidades perdidas y un grandísimo desafío por delante: aprender a optimizar el resto visual, cuando todavía, no ha transcurrido el tiempo necesario para interiorizar tal diagnóstico, ni se han dado soportes psicológicos que ayuden a aceptar, ajustar e integrar la situación de dependencia.

Como equipo humano de profesionales especializados en baja visión, y reconociendo la implicación con vuestros pacientes, es oportuno extender la responsabilidad en el cuidado, y comprender, que podemos mejorar la atención, ofreciendo apoyo emocional y aliviando el sufrimiento.

Crear de forma conjunta una actitud de apertura y ajuste en el paciente con baja visión y su entorno, favorecerá la adhesión al tratamiento potenciando los efectos de la rehabilitación visual y el uso de ayudas técnicas. Mejorará su estado de ánimo y aumentará la sensación de control sobre su vida, evitando el aislamiento social y reduciendo la aparición de otros trastornos asociados.

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